Tal como venimos anunciando desde hace rato, ahora La Idea Fija también es una editorial bastante literaria.
Y hacemos el lanzamiento con tres libros: La poema de Pablo Ananía, Dibujos pasajeros de Tito Pérez y Un libro al pedo de Saurio. A esos se les van a sumar muy pronto Puntada sin hilo de Eloísa Suárez y Polva de Leonardo Longhi. Luego vendran muchos otros que todavía no nos animamos a anunciar (por esa cosa de no prometer algo que después no podamos cumplir).Como puede verse, los libros comparten el mismo criterio ecléctico que siempre caracterizó a La Idea Fija en sus 12 años como revista, el capricho como principio rector, la política del gusto personal y subjetivo por encima de las lógicas de géneros o modas intelectuales. Aquí hay un libro de arte, otro de poesía, otro de humor, próximamente uno de cuentos policiales, mañana una novela de ciencia ficción, pasado un ensayo académico, el año que viene una compilación de críticas musicales y así sucesivamente.
Los libros están todos en formato electrónico, concretamente en epub y mobi, como para que calcen bien en todos los lectores de ebooks.
La poema está también publicado en papel, para aquellos a los que aún la cosa digital no les llegó (por gusto, luddismo o falta de acceso a la tecnología necesaria para leer ebooks) y seguramente en breve los demás también encarnarán en el mundo real y analógico, dependiendo, claro, de que consigamos el dinero para la imprenta.
Los ebooks ya están a la venta en La Idea Fija y, en cuanto definamos una logística de envíos, van a estar los de papel.
En la sección de Descargas de La Idea Fija van a encontrar muestras gratis de los ebooks, como para que no tengan que comprar a ciegas. Muy pronto en esa sección también vamos a subir algún que otro libro 100% gratuito y otros regalos para nuestros lectores.
Y, por supuesto, en cuanto podamos, la "segunda época" de la revista.
O sea, para sintetizar, La Idea Fija ahora también es editorial y sigue, como desde sus comienzos, publicando lo que se le antoja, haciendo historia en la literatura argentina, aburguesando a los espantados y desorientando a las gaviotas.
